Con Jorge y Nora decidimos hacer su reportaje de postboda en el desierto de Abanilla. Es un sitio como el nombre indica, desertico y arido, pero que nos daba el juego que deseábamos, y porque sabía que la luz iba a ser diferente y mágica, queríamos recrear un ambiente único en un lugar virgen, con
la única presencia de la pareja y unas bengalas de humo de colores.
Desde que les conocí siempre he pensado que son una pareja extraordinaria. No sólo por su forma de ser, sino también por la gran química y conexión que tienen entre ellos. Y esto hace que el resultado del reportaje sea fabuloso.
Esto es lo que tienen los reportajes de postboda. Dan como resultado un recuerdo que es muy difícil tener el día de la boda. Un sitio distinto, sin gente y en el que pasáis momentos íntimos y tranquilos. Estar tranquilos da un punto a su favor, ya que el día de la boda a veces es imposible estar tranquilo y es normal, es mucho lo que lleváis encima. Por eso, siempre recomiendo éste reportaje.
Estoy muy agradecido de haber podido volver a verles y pasar con ellos este gran rato.
Muchas gracias Jorge y Nora por todo.
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